¿Cuál escuela quiere apoyar?
El aprendizaje es, fundamentalmente, un trabajo humano, y los humanos somos complicados. Para mejorar el aprendizaje, se requiere realizar muchas cosas bien al mismo tiempo. Aun así, no todos los cambios producen los resultados esperados. ¿Qué es lo que importa en realidad?
La historia de la innovación en la educación está repleta de pensamiento mágico: “¡Tan solo haga esto y todo estará bien!” Si solo fuera así de fácil. Muchas reformas educativas complejas y costosas que se lanzan con ostentación y grandes expectativas terminan logrando pocos o nulos resultados medibles. Las teorías elaboradas de cambio educativo suelen fracasar en la práctica porque, bueno, resulta que el cambio es difícil.
La navaja Ed100:
¿Podrá esta idea cambiar quiénes estarán en el aula o la manera en la que los estudiantes y los maestros emplean el tiempo?
Para poner a prueba cualquier idea destinada a mejorar el aprendizaje, considere esta navaja: ¿Podrá esta idea cambiar quiénes estarán en el aula o la manera en la que los estudiantes y los maestros emplean el tiempo? Si no aborda ninguno de estos factores, probablemente no hará ninguna diferencia.
El sistema educativo sufre de una tremenda inercia. Resulta difícil lograr en él incluso los cambios más pequeños; cambiarlo de forma notable puede parecer imposible. Algunos reformadores afirman que existen dos enfoques alternativos para realizar cambios en la educación: el descendente y el ascendente. Pero esto es demasiado simple. Las escuelas de California experimentan una fuerte combinación continua de orientación descendente e innovación ascendente.
Orientación descendente en las metas
Cambiar la educación intencionalmente y a gran escala implica una gran acción política descendente. Existen muchos ejemplos importantes:
Innovación de abajo hacia arriba en los medios
Los mandatos descendentes de cambio suelen provocar resentimiento y su implementación puede resultar torpe. En respuesta, los estados han aprobado leyes para restringir los mandatos descendentes y motivar la innovación ascendente. Los ejemplos más importantes son las leyes en materia de escuelas chárter, las cuales permiten que estas se operen en forma independiente de los distritos escolares. Como lo explicamos en más detalle en la lección 5.5, uno de los argumentos a favor de esta separación es que estas escuelas sirven como laboratorios para probar y desarrollar nuevos enfoques para alcanzar los estándares.
Durante décadas, las políticas a nivel estatal dominaron el funcionamiento de la educación pública en California. La aprobación de la Proposición 13 en el 1978 centralizó al poder presupuestario en Sacramento. Sin embargo, en el 2014, la legislatura estatal aprobó la Fórmula de Control Local del Financiamiento Escolar (LCFF, por su sigla en inglés), la cual transfirió mayor poder presupuestario a los distritos escolares. Con esto se abrió la posibilidad de que las escuelas tradicionales sirvieran también como laboratorios. Esto representó un gran cambio, revirtiendo la tendencia hacia la centralización, la cual había durado varias décadas.
La aprobación de la LCFF no parecía para nada obvia en ese momento. ¿Cómo sucedió, y qué podemos aprender de ello? ¿Cómo llega a lograrse un cambio de esa magnitud en la educación?
De informes polvorientos… Las ideas detrás de la LCFF no eran nuevas. Durante años, los expertos académicos y analistas de políticas habían advertido que el sistema requería de replanteamientos, particularmente en el área del financiamiento educativo. Un panel de expertos describió al sistema de financiamiento educativo de California como un desastre, refiriéndose al mismo como un mosaico y comparándolo a la Mansión Winchester.
…a la investigación coordinada… A principios de la década de 2000, una coalición de organizaciones filantrópicas decidió que el camino hacia el cambio tendría que estar pavimentado con persuasión, y esa persuasión debería estar fundamentada en la información. Juntos, financiaron Getting Down to Facts, un esfuerzo coordinado de investigación muy profunda y completa sobre cómo funciona realmente el sistema educativo de California. Grupos filantrópicos también financiaron la formación de la Comisión para la Excelencia Educativa, una nueva comisión de asesoría encargada de formular recomendaciones para la implementación de políticas basadas en los resultados de estas investigaciones.
…hasta un informe aparentemente muerto al llegar. La comisión publicó su informe tan esperado en el 2008. En él se recomendó una serie de cambios al sistema educativo, los cuales incluyeron incrementos considerables en su financiamiento para implementarse en función de las características de los estudiantes en lugar de los programas. La recomendación de incrementos en gasto estaba muerta al llegar; justo en el momento menos indicado, la Gran Recesión mató cualquier posibilidad de incrementos.
Liderazgo… La propuesta de basar el financiamiento en los estudiantes fue bien recibida, aunque la mayoría la consideraba idealista e inalcanzable, especialmente ante la baja de ingresos del estado. Fue en este contexto que el entonces gobernador, Jerry Brown, nombró a Mike Kirst, un profesor de la Universidad de Stanford, quien había jugado un papel clave en el proyecto Getting Down to Facts, para desempeñarse como presidente del Consejo Estatal de Educación.
…y el momento oportuno… Para sostener el financiamiento para el debilitado presupuesto del estado, el gobernador Brown decidió poner en la boleta electoral una medida fiscal (la cual se convirtió en la Proposición 30 del 2012). Kirst aconsejó al gobernador y a los líderes legislativos que esa inyección de capital, aunque temporal y limitada, podría producir el momento indicado para enderezar el sistema. Como la famosa cucharada de azúcar de Mary Poppins, quizás la medicina amarga de la LCFF pudiera ser más fácil de tragar en un momento de malas condiciones que podrían mejorar. (Las circunstancias políticas también habían cambiado: la elección del 2012 fue la primera que tomó lugar en el contexto del sistema de los dos candidatos más votados en California.)
No se daba por sentado que la LCFF podría convertirse en ley. ¿Cómo sucedió, y qué podemos aprender de ello?
Contrario a las expectativas, la estrategia funcionó. Los electores entendieron que el financiamiento de la educación estaba en crisis, quizás debido al hecho de que había dos medidas fiscales distintas en la misma boleta electoral. La Proposición 30 era la menor de las dos medidas.
…Dieron lugar al cambio en la educación. La aprobación de la Proposición 30 no llenó todo el pozo dejado por la recesión. De hecho, tuvieron que pasar aproximadamente siete años para que el financiamiento educativo volviera a los niveles previos a la recesión. Aun así, la medida amortiguó los efectos. El presupuesto subsiguiente estableció un plazo largo pero definitivo para lograr el cambio hacia un control local del financiamiento, basado en características definidas de los estudiantes. Los votantes prolongaron los impuestos aprobando la Proposición 55.
¿Fue el apretón de cinturón ocasionado por la baja de ingresos lo que posibilitó la aprobación de la LCFF? O ¿acaso fue la cuerda salvavidas de los ingresos de sustento que la Proposición 30 ofreció? Las condiciones políticas del momento fueron inusualmente inequívocas: un partido (los demócratas) fue mayoritario en ambas cámaras, con el liderazgo fuerte y decisivo de Jerry Brown, un gobernador experimentado perteneciente al mismo partido.
Puede que el mismo informe Getting Down to Facts hubiera convencido a los legisladores de actuar; por cierto, creó un nivel poco usual de unión entre los académicos que asesoraban a la legislatura. Es posible que los periodistas también hubieran creído que la idea gozaba de un nivel inusual de apoyo; la mayor parte de la investigación académica representa una lectura difícil y pesada, pero el Centro para el Análisis de Políticas Educativas, de la Universidad de Stanford, ha elaborado breves resúmenes de las investigaciones y ha trabajado con esmero para hacerlos legibles para el público en general. (Divulgación: los autores de Ed100 estuvieron profundamente involucrados en el trabajo de Getting Down to Facts. Diez años más tarde, se repitió el proyecto. Las conclusiones de la investigación están presentes en todas partes de Ed100.)
Cualquiera que sea la combinación de factores en juego, la aprobación de la LCFF fue un cambio de política descendente que les confirió nuevo poder a los líderes locales. Este cambio fue un resultado tan dramático e inesperado que las Fundaciones Stuart y Kabcenell encargaron una investigación documental sobre cómo sucedió. Un conjunto de estudios de seguimiento se publicó en el 2018 bajo el nombre Getting Down to Facts II.
En el mismo momento en el que flaqueaba el presupuesto y se reelaboraba el sistema de financiamiento del sistema educativo, llegó otro cambio importante.
California se unió a un grupo de estados que han adoptado nuevos estándares. Estos estándares requirieron de nuevas pruebas, nuevos planes de estudio y nuevos materiales para las aulas.
Uno de los mensajes clave de Ed100 es que la educación es un sistema complejo. No existen respuestas mágicas.
El éxito educativo impulsa el bienestar económico y viceversa.
De hecho, si existe un punto verdaderamente vital que se puede sacar de todas las investigaciones sobre los patrones de éxito educativo, es el siguiente: la educación y el bienestar económico están vinculados el uno al otro. No tiene sentido negarlo. En las naciones, los estados y las comunidades en donde las familias más luchan para salir adelante, los resultados académicos y las perspectivas económicas sufren paralelamente. En las naciones, los estados y las comunidades prósperos, las perspectivas educacionales suelen ser brillantes.
En lugares donde parecen haber ocurrido milagros que desafían a las probabilidades, vale la pena echar un vistazo más de cerca: no todas las formas de pobreza son iguales, y las estadísticas suelen hacer distinciones borrosas. Esto no implica que las excepciones nunca se den: debemos celebrarlas y aprender de ellas. Pero las conexiones entre ventajas económicas y éxito académico son tan fuertes que frecuentemente eclipsan los efectos de otros factores o programas.
El impulso más amplio del éxito académico es el bienestar económico y el impulso más amplio del bienestar económico es el éxito académico. Si busca impulsar a una comunidad, es más fácil hacerlo parado en dos piernas que en una sola: encuentre maneras tanto de elevar el éxito académico como de atender las necesidades humanas.
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Saul Lara-valle July 8, 2024 at 10:30 pm
francisco molina February 22, 2019 at 3:04 am
Caryn February 25, 2019 at 10:12 am
francisco molina August 25, 2019 at 1:13 am