¿Cuál escuela quiere apoyar?
Imagine que Amazon.com no pudiera realizar un seguimiento de las compras de sus clientes. Imagine una empresa farmacéutica incapaz de distinguir entre las distintas pastillas. O un banco que pierde la cuenta de sus cuentas. En las décadas recientes, el mundo se ha acostumbrado a la idea de que las grandes organizaciones deberían de ser competentes en el manejo de datos.
La educación tiene un largo camino por recorrer en este sentido, especialmente en California.
En comparación con otros estados, California gasta muy poco en sistemas de datos educativos.
Cuando se trata de datos relativos a la educación, se considera ampliamente que California está rezagado. En comparación con otros estados, California gasta muy poco en sistemas de datos educativos, y esto es obvio.
En el año 2012, la Campaña para la calidad de datos (DQC, por su sigla en inglés) le dio a California una baja calificación por la calidad de sus datos educativos. El año siguiente, California abordó esta baja calificación negándose a participar en la encuesta. El gobernador de ese entonces, Jerry Brown, un declarado escéptico del valor de los sistemas de datos educativos, invariablemente bloqueó o se opuso a los esfuerzos por fortalecer o mejorar la calidad y disponibilidad de los datos educativos, retirando el financiamiento y prefiriendo dejar el asunto en manos de cada distrito escolar.
En el 2019, la DQC comunicó que hay solo dos estados de EE. UU. que no miden sistemáticamente el crecimiento en el aprendizaje individual de los estudiantes: Kansas y California. En el mapa de colores del informe, el cual muestra la calidad de datos a nivel estatal, estos dos estados están en blanco.
La posible utilidad de los sistemas de datos educativos es enorme. Los sistemas de datos educativos pueden posibilitar que los estudiantes, padres, maestros y dirigentes escolares vean las tareas asignadas, accedan al material de los cursos, conozcan las calificaciones, recopilen comentarios y mejoren la comunicación. Los sistemas de asistencia conectados a servicios comunitarios pueden ayudar a mejorar la asistencia. Los sistemas de datos pueden apoyar investigaciones, arrojando luz sobre la eficacia de los materiales didácticos. Los datos pueden ayudar a identificar las escuelas, maestros y programas excelentes. Pero solo si los sistemas estén configurados para recopilar y conectar.
Los sistemas de datos para la educación en California son tan básicos que el diálogo nacional en torno a cómo utilizar los datos para apoyar el aprendizaje ha pasado a otros estados. Se requiere cierto grado de infraestructura básica de datos para probar cosas interesantes y aprender de ellas.
Cuando se trata de datos relativos a la educación, California es considerado ampliamente como un rezagado.
La DQC fue un crítico inicial de la debilidad de los sistemas de datos de California, pero fue apenas el único. Por ejemplo, un informe del año 2013 del Instituto de Políticas Públicas de California (PPIC, por su sigla en inglés) refleja muchos de los mismos temas, al igual que una publicación del año 2017 de Education Insights Center titulada California's Maze of Student Information (El laberinto de información estudiantil en California).
El mayor sistema de datos educativos de California es el Sistema longitudinal de datos del desempeño académico estudiantil de California (CALPADS, por su sigla en inglés). El elemento central de CALPADS es un identificador único para cada estudiante, el cual permanece igual a medida que el estudiante avanza de un grado al siguiente y cambia de escuelas. El estado ha comenzado la labor de vincular los sistemas entre la educación primaria y secundaria y la educación superior, pero resulta muy difícil sacar conclusiones útiles con respecto al impacto a largo plazo de las inversiones.
En California, se ha intentado crear sistemas de datos vinculados a través de los sectores, todos mediante esfuerzos locales. Sin embargo, esta labor requiere que los distritos locales confeccionen (y financien) sus propios sistemas de datos. Pocos estándares se han creado con respecto a la manera en la que estos sistemas deberían comunicarse el uno con el otro, por lo que mayormente no lo hacen. Cuando los datos se transfieren, lo hacen típicamente con muchos problemas y demoras. Cuando necesitamos respuestas para Ed100, puede resultar más difícil que encontrar una aguja en un pajar porque ni siquiera queda claro en cuál pajar debemos buscar.
SARCs. Las Boletas de responsabilidad escolar (SARC, por su sigla en inglés) demuestran la gran limitación de la estrategia estadística de California. Este informe, publicado por los distritos escolares, pretende cumplir con los requisitos tanto estatales como federales de acceso público a la información sobre cada escuela. Algunos de los datos del informe provienen del Departamento de Educación del Estado. Otra información debe provenir del distrito escolar, y alguna información solo puede provenir de la escuela.
El estado proporciona una plantilla de la SARC, y los distritos escolares tienen la opción de utilizarla, crear una propia o contratar un vendedor externo. Los distritos escolares pueden utilizar la estrategia que quieran para proporcionar la SARC al público, pero también deben incluir un enlace en su sitio web y presentar la SARC al Departamento de Educación del Estado. El resultado es un archivo PDF para cada escuela, cada ciclo escolar. El estado no audita ni resume los datos de este campo de pajares digitales. Los investigadores resueltos pueden llevar su propia horquilla al trabajo visitando SARConline, lo que, por lo menos, puede facilitar la ubicación de los archivos SARC.
LCAPs. Desde el año 2014, los distritos y las escuelas chárter deben elaborar un documento conocido como el Plan de responsabilidad de control local (LCAP, por su sigla en inglés). Cada año, se espera que cada distrito utilice el LCAP para contar su historia local. La plantilla del LCAP exige tipos específicos de información, pero como sucede con la SARC, el resultado final es un pajar de archivos PDF, a menudo en múltiples versiones. La plantilla no presenta los datos digitalmente de tal forma que sean fáciles de utilizar. Por ejemplo, comparar los datos del LCAP de un distrito con los de otro implica copiarlos manualmente en una hoja de trabajo. Aunque los datos incluidos en los LCAP deberían coincidir con los datos de las SARC, no existe ningún mecanismo para facilitar o hacer cumplir esta uniformidad.
SPSAs. El LCAP, en principio, está pensado para alinearse con la información de la SARC de cada escuela, así como con su Plan único de aprovechamiento estudiantil (SPSA, por sus siglas en inglés), otro documento exigido por las leyes estatales.
En el intento de ser minuciosos y de cumplir con los requisitos estatales y federales, estos documentos tienen una extensión de tropecientas páginas. Son exhaustivos, pero a menudo incomprensibles.
Un montón de informes /
Un revoltijo de datos /
Puede que mejoren /
Vuelva a ver al rato.
Con un sistema de datos adecuado que se utilice sistemáticamente, esta presentación de informes de responsabilidad podría ser más accesible para el público, más sencilla y directa para los distritos y más coherente. Sin embargo, ese tipo de infraestructura de datos no parece ser parte del plan estatal, al menos hasta el momento de esta publicación.
Un obstáculo para el mejoramiento de la estructura de datos del estado es lograr que todos utilicen sistemas iguales, o al menos sistemas que traten los datos de maneras compatibles. Otro es la complejidad de garantizar que los sistemas protejan efectivamente la privacidad de los estudiantes y maestros. Las grandes empresas y organizaciones gubernamentales enfrentan problemas como este todo el tiempo. Tienen una solución, pero se requieren liderazgo y trabajo. Encontrar el liderazgo para ordenar los pajares de datos educativos de California es un problema complejo. Para empezar, no queda claro quién es el responsable. Los distritos escolares están sustancialmente abandonados para encontrar sus propios medios para resolver los problemas de los datos. Lograr que hagan las cosas de la misma manera, o incluso que utilicen las mismas definiciones de datos, puede violar las leyes de California que prohíben la creación de mandatos estatales.
El tema de datos puede parecer fastidioso. Raras veces desatan las pasiones de los políticos, activistas de educación o dirigentes de grupos de padres. Pero parece inconcebible que esta debilidad en la recopilación de datos pueda continuar para siempre en el estado de California, el hogar del Valle del Silicio.
En el 2018, el gobernador Gavin Newsom hizo campaña prometiendo el cambio: Por encima de todo este trabajo, desde la etapa prenatal hasta la universidad y carrera profesional, está mi promesa de que California se reafirme como líder en datos educativos. El público merece saber si todos los estudiantes, independientemente de su procedencia, tienen acceso a buenas escuelas y financiamiento equitativo.
Varios estudios que forman parte del proyecto del 2018 Getting Down to Facts II (GDTFII, por su sigla) se centraron en lo que California debe hacer para mejorar sus estándares y sistemas de datos para que los programas e inversiones puedan lograr mejores resultados para los niños. Entre los hallazgos principales está la importancia del liderazgo: El desarrollo de un sistema integral de datos a nivel estatal requiere de liderazgo y compromiso.
En el pasado, las comisiones asesoras de educación, tales como la Comisión del Gobernador para la Excelencia Educativa, han recomendado que el estado establezca una comisión de datos temporal para facilitar las decisiones con respecto a los estándares y los puntos de integración, incluyendo datos provenientes de servicios sociales, sistemas relacionados con maestros, sistemas de empleo y educación superior.
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