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Lección 9.2

El éxito de los estudiantes:
¿Cómo va mi hijo?

Los resultados escolares están mejorando poco a poco. Especialmente para chicas.

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Los estudiantes y los padres acuden a los maestros para información sobre el desempeño académico. Los maestros reportan el progreso o la falta del mismo mediante marcas rojas, calificaciones con letras, boletas de calificaciones y reuniones con los padres.

En otras palabras, dependemos de las escuelas para que nos digan si nuestros hijos van por buen camino y si están aprendiendo lo que deben saber para tener éxito en la vida. ¿Deberían los padres creer lo que oyen? Ahí es donde entran las pruebas estandarizadas.

Hitos académicos y educativos

En las escuelas primaria e intermedia, algunos hitos académicos son muy importantes:

  • Para el final del 1.º grado, los niños deben conocer el alfabeto, los números y algunas normas básicas del aula.
  • Para el 3.er grado, la lectura se vuelve esencial porque las tareas escolares cambian de “aprender a leer” a “leer para aprender”.
  • De manera similar, para alrededor de 4.º grado, las matemáticas progresan más allá de la aritmética básica, convirtiéndose en una manera de solucionar problemas y responder preguntas.

¿Qué debería pasar cuando los estudiantes no alcanzan estos hitos educativos para el momento previsto? ¿Deberían avanzar igualmente al siguiente grado (una estrategia que se llama promoción social) o es mejor repetir el grado? Se exige que cada distrito escolar de California tenga una política escrita sobre la promoción o reprobación de estudiantes. No existen respuestas fáciles, pero la recomendación general de la Asociación Nacional de Psicólogos Escolares es adoptar una estrategia de promoción reforzada. Es decir, promover el estudiante al siguiente grado e invertir en brindar al estudiante el apoyo específico que necesita para actualizarse.

Diferenciación e itinerarios de aprendizaje

Los estudiantes de la misma edad no necesariamente tienen las mismas habilidades académicas. Para desafiar a los estudiantes en la medida apropiada, los maestros intentan crear maneras de diferenciar la instrucción dentro de una misma aula. Si las diferencias son demasiado grandes, el maestro puede crear grupos, dedicando un tiempo extra a los estudiantes que necesitan más ayuda.

A medida que los estudiantes avanzan, suelen separarse. Para cuando llegan a la escuela intermedia, algunos estudiantes están bien preparados para el álgebra y Shakespeare, mientras que otros necesitan más apoyo básico. Los diferentes conjuntos de cursos que los estudiantes toman, particularmente de inglés y matemáticas, a veces se formalizan en itinerarios de aprendizaje. Estos itinerarios pueden convertirse en destino. Una vez que un estudiante está inscrito en un curso de un itinerario menos riguroso, es extremadamente difícil avanzar a otro superior.

Académicamente, las niñas son lo mejor de la escuela

Las niñas tienen más probabilidades que los niños de graduarse de secundaria.

A largo plazo, las tasas de graduación de secundaria han incrementado cada vez más entre los estudiantes estadounidenses. Estas son buenas noticias, aunque su impacto esté debilitado por la existencia de grandes brechas. Los estudiantes blancos y asiáticos tienen muchas más probabilidades de graduarse que los estudiantes afroamericanos y latinos. Existe también una brecha entre sexos: las niñas suelen desempeñarse mejor que los niños en términos de resultados académicos globales. Tienen un 10 por ciento más probabilidades de graduarse que los niños.

La graduación es importante, pero no todos los cursos tienen el mismo rigor, y el significado de una calificación puede variar mucho. En el 2018, la Alianza para la Excelencia en la Educación examinó datos de largo plazo para buscar evidencia de la estabilidad del significado de una calificación con letra en los cursos de secundaria. Los investigadores descubrieron que la inflación de calificaciones no solo es real sino también desigual. Según uno de los autores del estudio, Seth Gershenson, la inflación de calificaciones ha demostrado un patrón desigual: se ha vuelto más fácil obtener una buena calificación en las escuelas más adineradas, pero no en las escuelas menos adineradas. Este tipo de calificación desigual es menos importante de lo que podría parecer cuando de admisiones universitarias se trata porque las universidades suelen evaluar el significado de las calificaciones en el contexto de la escuela.

Durante la pandemia, la inflación de calificaciones se disparó; los educadores estaban reacios a castigar a los estudiantes asignando bajas calificaciones. Para algunas universidades, las puntuaciones obtenidas en las pruebas estandarizadas les ayudaron a llenar los espacios. Otras, según se informa, dependieron aún más de lo habitual en la clasificación del promedio de calificaciones de la promoción, una práctica común para comparar el logro y rigor académicos entre los candidatos provenientes de una misma escuela.

Para reunir los requisitos de admisión a las universidades estatales de cuatro años, los estudiantes de secundaria en California deben cumplir una serie de cursos que se conocen como los requisitos a–g, tal como se detallan en la lección 6.2. Otra buena noticia: cada vez más estudiantes toman y aprueban estos cursos.

Pruebas de alto impacto

Las pruebas estandarizadas anuales, tales como la Evaluación del desempeño y progreso de los estudiantes de California (CAASPP, por su sigla en inglés), a veces se llaman equivocadamente pruebas de alto impacto. En realidad, aunque estas pruebas son importantes para los dirigentes escolares, tienen pocas consecuencias para los estudiantes. Las verdaderas pruebas de alto impacto en los estudiantes son las que determinan si podrán asistir a la universidad y dónde.

La SAT y la ACT. En la secundaria, la mayoría de los estudiantes con vistas a asistir a la universidad toman la prueba ACT o la SAT. Durante muchos años, estas pruebas han sido de importancia crítica para la admisión a las universidades selectivas de EE. UU. y se han exigido como parte del proceso de solicitud de ingreso. Durante la pandemia, se interrumpió este requisito. Muchas universidades selectivas suspendieron este requisito o hicieron que las pruebas fueran opcionales. Esto incluyó a todas las universidades públicas de California (las Universidades de California y las Universidades Estatales de California).

En los tiempos normales, las universidades utilizan las puntuaciones obtenidas en estas pruebas estandarizadas como un mecanismo esencial de clasificación, y con razón. Imagínese a usted mismo como el responsable de admisiones, frente a montones de expedientes académicos provenientes de miles de estudiantes. Algunas escuelas secundarias son más rigurosas que otras, por lo que puede resultar difícil para los responsables de admisiones evaluar el valor real de las calificaciones de un estudiante. Las pruebas ACT y SAT, en cambio, son iguales para todos. Los estudiantes obtienen puntuaciones distintas en las pruebas en función de su preparación para tomarlas. Por supuesto, los responsables de admisiones están conscientes de que las puntuaciones de los estudiantes reflejan una combinación de factores, incluidos el aprendizaje que realizan en la escuela y el aprendizaje que realizan por medio de la tutoría y los programas de preparación para pruebas, los cuales cuestan dinero. Admiten a los estudiantes según su predicción de si estos se desempeñarán bien en la universidad y contribuirán al cuerpo estudiantil, una predicción a la que llegan utilizando cualquier información que esté disponible.

¿Pueden las universidades escoger a los estudiantes que quieren admitir sin utilizar las pruebas estandarizadas? Claro que sí. ¿Son mejores o más justas las decisiones de admisión sin esta información? Resulta difícil argumentar que sí. Las personas aman odiar las pruebas estandarizadas, y existe una presión enorme para que las universidades las eliminen o las ignoren. A las universidades les importa mucho su reputación; sin embargo, se han negado repetidamente a eliminar las pruebas porque estas tienen un historial de ayudarles a tomar decisiones de admisión que consideran mejores y menos propensas a la manipulación. En las grandes escuelas secundarias, los responsables de admisiones pueden tener la información suficiente para evaluar el rigor del trabajo académico y hacer buenas predicciones sobre cuáles estudiantes tendrán éxito en la universidad. En las escuelas rurales, pequeñas o virtuales, esta información no está disponible.

Se cobra una tarifa para tomar las pruebas SAT y ACT, pero tanto el Consejo Universitario como ACT prescinden de la tarifa para los estudiantes de bajos recursos con la documentación adecuada.

Pruebas de colocación avanzada. Las pruebas de colocación avanzada son exámenes que se ofrecen en una variedad de materias. La puntuación en estas pruebas aporta un valor agregado a la solicitud del estudiante a la universidad. El programa de colocación avanzada (AP, por su sigla en inglés), dirigido por el Consejo Universitario, ofrece materias y exámenes de nivel universitario para estudiantes de la secundaria. Las escuelas presentan su plan de estudios y solicitan la designación AP para sus cursos. El programa incluye exámenes estandarizadas de fin de curso. Algunas universidades estadounidenses conceden créditos a los estudiantes con puntuaciones lo suficientemente altas en las pruebas AP o utilizan la información para tomar decisiones de colocación.

Educación basada en dominio

En la mayoría de las clases que toman, los estudiantes reciben calificaciones. Los estudiantes que realmente comprenden el material del curso y se desempeñan bien en la clase reciben una A. Los estudiantes que tienen dificultades pueden pasar por un pelo con una D. Al final del período, todos los estudiantes avanzan a la siguiente clase.

Sal Khan, el fundador de la Academia Khan, sostiene que este es un enfoque fundamentalmente defectuoso para el aprendizaje. Argumenta que, si los estudiantes no conocen el material, es una pérdida desmoralizante de tiempo fingir lo contrario. Sostiene que el enfoque adecuado para la educación es concentrarse en el dominio de cada estudiante de cada área temática básica, en vez de simplemente seguir adelante. (Vea la presentación de Sal en la conferencia del 2020 para la Academia Ed100 para líderes estudiantiles. Este tema le apasiona mucho.)

Algunas comunidades escolares han incorporado este enfoque a la educación a un marco aún más grande que a menudo se llama un perfil del graduado. Este enfoque evalúa el progreso del estudiante hacia el dominio de competencias que van más allá de la preparación académica para incluir competencias de carácter y preparación para la vida civil.

Actualizada en el 2017
Marzo de 2018
Marzo de 2019
Octubre de 2021

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