Cada uno de nosotros sabemos lo que se siente al pensar. Al razonar. Al aprender algo.
Es fácil imaginar que otras personas experimentan el pensamiento más o menos en la misma forma en que lo hacemos nosotros porque, bueno, ¿cómo podríamos saber algo diferente? Todos nosotros experimentamos la vida a través del filtro que está entre nuestros oídos.
Pero nuestros cerebros no todos trabajan por igual. Para elegir un ejemplo trivial, algunos de nosotros somos diestros y algunos son zurdos. Incluso eso es una simplificación. Mi madre es zurda, pero prefiere las tijeras para diestros. Mi esposa siempre escribe con su mano derecha, pero sólo porque sus padres le insistieron cuando era niña. Cuando se aprende alguna actividad nueva, se le facilita hacerlo con su mano izquierda.
Los cerebros son abultados. Para la mayoría de las personas, algunas cosas son más fáciles de aprender o de recordar que para otras. Incluso las personas más brillantes no necesariamente se destacan en todas las direcciones. A mi hijo, por ejemplo, los conceptos matemáticos se le pegan como velcro, pero los nombres se le resbalan como mantequilla.
Los educadores deben intentar entrar en las cabezas de sus estudiantes.
Las tres libras de neuronas en la sopa espinal definen quiénes somos. Los expertos se esfuerzan para entender el cerebro, cómo funciona y qué puede hacer. El cerebro de todas las personas se desarrolla a través del contexto. Ese contexto incluye educación, ciertamente, pero también las relaciones, experiencias, toxinas, medicamentos, lesiones, fatiga e infecciones.
David Eagleman, un neurocientífico de la Universidad de Stanford, quién hablará en la próxima conferencia acerca del Aprendizaje y el Cerebro en San Francisco, describe la singularidad de nuestro cerebro como "cada uno de nosotros viviendo en nuestro propio planeta." Los misterios de la individualidad interminablemente inspiran a los escritores, músicos y artistas. No podemos saber lo que pasa en la cabeza de otros.
Pero los educadores y los padres tienen que intentar. Ellos aprenden sobre nuevas ideas para ayudarlos a ingresar "dentro de las cabezas" de los estudiantes en reuniones de padres y maestros (PTA) y seminarios y conferencias de desarrollo profesional. Los investigadores y escritores compiten por la atención de sus nuevas percepciones e ideas que, casi por definición, son quizá un poco especulativas. Cada año o cada dos años, la idea principal de un libro se propagará a través de las comunidades escolares como ramas del árbol de la sabiduría.
O, por desgracia, como kudzu.
Algunas ideas populares acerca del aprendizaje y el cerebro no son verdad.
Las ideas acerca del cerebro tienden a propagarse si son interesantes y sencillas, incluso si éstas no son verdaderas. A veces, una perspectiva basada en la investigación, mutará a través de volver a contarla nuevamente en información errónea. Aquí están algunos ejemplos.
Cerebro Izquierdo/Derecho. Durante muchos años un popular malentendido sostuvo que las personas son "zurdas de cerebro" (analíticas) o "diestras de cerebro" (creativas). Básicamente, la idea resulta ser mal interpretada. Nuevas investigaciones demuestran que las funciones cognitivas se entienden mejor como la interacción de muchas regiones en ambos hemisferios del cerebro. Lo que es más importante, la implicación de que los estudiantes son ya sea analíticos o creativos (de la misma manera en la que la mayoría son zurdos o diestros) es un dilema falso.
Estilos de Aprendizaje. Otro malentendido popular sostiene que cada estudiante viene pre-cableado sólo para un determinado "estilo de aprendizaje" (visual, auditivo, lector/escritura, o kinestésica). La teoría no resistió el escrutinio; los estudiantes tienen preferencias, pero para muchos estudiantes esas preferencias pueden evolucionar o superponerse a medida que se desarrollen sus habilidades. El modelo del "estilo de aprendizaje" puede hacer daño si causa que los estudiantes crean que no pueden aprender a menos que el material se les presente de una manera en particular. También puede hacer daño si lleva a los padres o educadores a disimular problemas de aprendizaje como dislexia o disgrafía, tratándolos como meras diferencias de estilo de aprendizaje. (Por el lado positivo, la idea de estilos de aprendizaje puede haber tenido algún beneficio: alentó a los profesores y a los diseñadores de los programas académicos a ser creativos en la presentación de los hechos y conceptos.)
Debe Tener Valor. Es obvio que los estudiantes que se dan por vencidos cuando las cosas se ponen difíciles no serán tan exitosos como aquellos que se apegan a las metas. Pero la persistencia es sólo un factor en el éxito, y hay riesgos en exagerar un mensaje que "el valor lo es todo". Cuando a los estudiantes no les va bien, no es siempre su culpa. Demasiado énfasis en el valor puede llevar a culpar a la víctima involuntariamente.
Trabajar demasiado. Algunos padres o maestros presionan a los estudiantes a que se tomen mucho tiempo para realizar las tareas, interpretando equivocadamente la "regla" de las 10,000 horas popularizada por Malcolm Gladwell. En realidad no se trata de una regla en absoluto, sino una observación: para llegar a ser realmente bueno en algo se requiere emplear una cantidad considerable de tiempo a la práctica deliberada. El aspecto "de la práctica deliberada" es la parte que más a menudo se pierde cuando se vuelven a contar las cosas; el punto principal no es el número de horas que uno se toma, sino la calidad de atención que usted le ponga a las cosas. La repetición no conduce a la maestría.
El cerebro es una parte del cuerpo, y existen abundantes pruebas de que los estudiantes aprenden mejor cuando están sanos. Aquí están sólo algunas de las cosas que las escuelas y las familias pueden hacer.
Fomentar el Sueño. Los niños somnolientos no aprenden bien. ¡Para obtener el descanso necesario, los estudiantes necesitan apagar su teléfono e irse a la cama! Los distritos escolares pueden hacer su parte ajustando los tiempos de inicio de la escuela que no interfieran con el ciclo natural diurno. Los seres humanos evolucionaron para despertar después del amanecer.
Promover el movimiento. Existe amplia evidencia de que el ejercicio ayuda a la cognición. Algunas escuelas son mejores que otras en la incorporación del movimiento en su plan diario.
Hidratarse. Tan fácil como esto: La deshidratación interfiere con el pensamiento claro. Si su escuela no tiene cómodas y atractivas fuentes de agua, vale la pena examinar esto.
Es bueno para los padres y maestros el aprender acerca de la psicología infantil y sobre la investigación de las ciencias del cerebro, pero también hay riesgos. La investigación se convierte en sabiduría recibida a través de un proceso defectuoso. Los conocimientos de la investigación pierden matices cuando se resumen. Esos resúmenes se condensan aún más cuando se escriben titulares, tweets y memes. Despojados de su contexto, incluso las ideas como el valor de reconocer el esfuerzo puede ser llevado demasiado lejos.
Los científicos son normalmente muy cuidadosos acerca de sacar conclusiones a partir de la investigación, incluida la propia. Si su escuela o PTA lleva a cabo una reunión acerca del aprendizaje y el cerebro, o una discusión sobre las diferencias en la forma en que los alumnos aprenden, intente ver más allá de los titulares, o más allá de las fuentes secundarias que resumen la investigación. Busque en línea y normalmente usted será capaz de encontrar la investigación original detrás de una idea que esté de moda. Sí, estará llena de números y de lenguaje técnico, pero usted podrá darse cuenta que con unos pocos minutos de indagar puede cambiar su comprensión de la conclusión de una investigación.
Buscar aquí en el contenido del blog y todas las lecciones.
Iniciar sesión con correo electrónico
We will send your Login Link to your email
address. Click on the link and you will be
logged into Ed100. No more passwords to
remember!
Preguntas y comentarios
Para comentar o responder, por favor inicie sesión .