Lo sentimos, niños.

A simple vista, el nuevo proyecto de presupuesto de California parece muy bien. Con una economía robusta y un mercado bursátil en alza, el presupuesto para los años 2018–19 propuesto por el Gobernador alcanza nuevas alturas. Entre otras cosas, financia la educación en niveles que alcanzan las referencias mínimas establecidas hace décadas por los votantes y legisladores de California.

Pero seamos claros: esas referencias mínimas son bastante bajas.

Un punto brillante

Los titulares de prensa que puede ver con respecto al presupuesto propuesto traen buenas noticias. He aquí algunos detalles. No permita que lo distraigan.

He aquí algunos detalles. No permita que lo distraigan. Este presupuesto no logra que las escuelas de California sean bien financiadas.

Sí, cumple los requisitos legales mínimos. Hace tres décadas, los votantes de California aprobaron la Proposición 98, la cual exigió que los legisladores estatales dedicaran una mayor fracción del presupuesto a la educación pública. Cada año, a la hora de elaborar los presupuestos, la institución educativa se obsesiona con la cuestión de si el presupuesto cumple la letra de la ley. En los años de escasez presupuestaria, no es inaudito que la legislatura “suspenda” la Proposición 98, efectivamente pidiendo prestados los fondos de la educación para pagar otras prioridades. La propuesta de presupuesto de este año no requiere tales travesuras; cumple los requisitos mínimos.

Sí, financia completamente la Fórmula de Control Local del Financiamiento Escolar. En el año 2013, en respuesta a una gran crisis presupuestaria, la legislatura de California revisó en profundidad las reglas de asignación de fondos a los distritos escolares y las simplificó. La Fórmula de Control Local del Financiamiento Escolar (LCFF, por sus siglas en inglés) proporciona a los distritos escolares una cantidad de base por cada estudiante que asiste, más algún dinero adicional para los estudiantes de bajos recursos, los que están aprendiendo inglés o los que viven en hogares sustitutos. Con el presupuesto propuesto, la transición hacia la LCFF se ha llevado a cabo, dos años antes de lo previsto.

Sí, reserva dinero en un fondo para cuando se presenten imprevistos. Debido a que el presupuesto de California depende fuertemente de los impuestos sobre la renta personal, es muy vulnerable ante bajadas en el mercado bursátil. Cuando brilla el sol sobre Wall Street (como lo ha hecho durante el último año), los inversores de California ganan plusvalías y pagan impuestos sobre las mismas. Pero todo mercado alcista tiene su final. El fondo para imprevistos ayudará a amortiguar los baches gananciales inevitables, quizás protegiendo los futuros presupuestos de maniobras para suspender las reglas y volver a pedir prestados los fondos de la educación pública.

Sí, incluye algunas inversiones específicas. El presupuesto asigna, mayormente de manera puntual, algunos fondos nuevos a programas específicos. Por ejemplo, destina $100 millones para aliviar la grave escasez de maestros de educación especial en el estado. Destina aproximadamente $200 millones a inversiones en educación vocacional e invierte en un nuevo modelo de financiamiento para los colegios comunitarios. Aumenta el financiamiento para la Colaboración de California para la Excelencia Educativa (CCEE, por sus siglas en inglés), una agencia creada para apoyar a los distritos y escuelas que están en dificultades persistentes. Cumple la promesa de ampliar modestamente los prescolares e inicia una inversión en la asociación entre enfermeras y familias, un programa prometedor que ofrece capacitación para mujeres embarazadas y nuevas madres.

Y sí, es probable que aumente. El presupuesto propuesto por el Gobernador en enero es cauteloso. Por ejemplo, existe un riesgo de que el estancamiento del presupuesto federal pueda interrumpir la ayuda alimentaria para los niños necesitados. Es probable que no suceda, pero el presupuesto propuesto por el Gobernador en enero reserva dinero para cubrir el programa para California, por si acaso. Si no suceden cosas malas, esto podría dar cabida a un incremento de gastos en educación en los meses por venir. El próximo gran paso del proceso presupuestario será la revisión de mayo. (He aquí una infografía útil que muestra cómo funciona el proceso.)

Un largo camino por recorrer

A pesar de estas noticias tranquilizantes, este presupuesto no remedia la realidad del panorama general: El estado de California se queda muy rezagado cuando se trata de invertir en el bienestar y las futuras perspectivas de los niños. Con ajuste para la inflación, este presupuesto básicamente lleva el financiamiento de la educación K–12 de regreso a niveles que ha conocido anteriormente:

Fuente: Oficina de Análisis Legislativo de California

Lo sentimos, pequeños. La educación temprana es de importancia vital, y es casi una certeza que recompensa el estado a largo plazo. Pero los presupuestos no son a largo plazo. California no tiene una cantidad suficiente de pequeñas plazas para proporcionar una educación prescolar para todos y este presupuesto no disminuye la brecha. Para los niños, el prescolar es una oportunidad que viene una vez en la vida. En números aproximados, cada año, California pierde al menos 100 000 oportunidades de mandar a un niño al jardín infantil, listo para aprender. Si bien California no es el peor de los Estados Unidos con respecto a esta métrica, ¿por qué debería estar entre los peores?

Otro año, otros 100 000 niños no preparados para el jardín de niños.

¿Dónde está el esfuerzo? Los estados varían en los tipos de impuestos y estructuras gananciales que utilizan para financiar las escuelas, lo que complica las comparaciones. Al final, la mejor manera de medir el esfuerzo es según los resultados: ¿cómo se compara la cantidad gastada en la educación pública de cada estado con la cantidad de dinero en su economía estatal? Según esta medida, California rutinariamente aparece entre los diez peores estados. (Vea la Tabla 4 de las clasificaciones y estimaciones de la Asociación Nacional de Educación del año 2017 o, para obtener una perspectiva histórica, vea la serie “Estados en movimiento” en EdSource.) El presupuesto propuesto no lo cambiará. ChildrenNow, una organización californiana sin fines de lucro centrada en la defensa de los niños, resalta que el presupuesto propuesto, en realidad, reduce el porcentaje del presupuesto californiano destinado a la educación primaria y secundaria.

Nota marginal: Las fuentes de datos sobre la educación a niveles nacional y estatal nunca son oportunas. En este momento, los datos de los años 2014–15 son los más recientes disponibles en el Centro Nacional de Estadísticas de la Educación para comparar el porcentaje de ingresos gravables que cada estado gasta en educación.

Lo barato sale caro. El dinero no tiene poderes mágicos que hagan que los niños aprendan, pero su falta definitivamente se siente. La Asociación de Consejos Escolares de California (CSBA, por sus siglas en inglés) aprovecha este momento para resaltar que la inversión en la educación de cada niño de California rutinariamente se queda rezagada en aproximadamente $2 000 por estudiante por año, en comparación con el promedio nacional.

Los costos subirán. Nadie se hace rico enseñando, pero el pago sí importa. Para trabajar como maestro, se requieren un título universitario, un lugar en donde vivir, un seguro de salud y transporte al trabajo. El costo de estas cosas está subiendo más rápido que la inflación. Lo mismo está pasando con el costo de proporcionar a los maestros la seguridad a largo plazo de una pensión. Con la llegada de un poco más dinero al presupuesto, es probable que su consejo escolar enfrente la cuestión de incrementar los salarios de los maestros para seguir el ritmo de estas presiones. Pero para mejorar la educación para los niños de California, es probable que se necesiten recursos para hacer más que simplemente seguir el ritmo de la inflación.

Sigue siendo mezquino

El presupuesto propuesto agrega dinero para las escuelas, pero no lo suficiente como para cambiar las condiciones fundamentales de la educación en este estado. California es un lugar de altos costos que regularmente le asigna una baja prioridad al financiamiento para la educación.