El recurso más valioso en la educación, como en la vida, es el tiempo. Un año escolar consta de unas 1,000 horas de tiempo en la escuela. En 2020 muchas escuelas y distritos tendrán una rara oportunidad para pensar de nuevo sobre cómo utilizar dichas horas.
La escuela estructura esas 1,000 horas de diferentes maneras para aprovecharlas al máximo. Tradicionalmente, las escuelas primarias y las escuelas secundarias han dividido el tiempo en períodos de más o menos la misma duración, con estudiantes moviéndose de clase a clase en un calendario oficial. En los días previos a que se conociera fácilmente la hora exacta en todos los teléfonos, las escuelas utilizaban campanas, timbres o altavoces para mantener a todos sincronizados. Muchas escuelas todavía lo llaman un calendario de campana, incluso si ya han dejado de utilizar señales audibles para llevar el ritmo del día.
En 2019 la legislatura de California aprobó una ley que obligará, quizás a nueve de diez escuelas preparatorias en el estado, para pensar de nuevo sobre su programación. Respondiendo a la investigación sobre los beneficios educativos y de salud del sueño, la ley exigirá que las escuelas secundarias comiencen no antes de las 8:00 am y que las escuelas preparatorias que comiencen no antes de las 8:30 am. En la mayoría de los distritos, la ley entrará en vigor en el año escolar 2022-23.
Las escuelas podrían responder a este cambio simplemente cambiando las horas de inicio y final de la jornada escolar. Pero eso sería desaprovechar una oportunidad. La hora de inicio y fin de la jornada escolar debe cambiar, pero otros aspectos del calendario se pueden cambiar. Esta es una oportunidad inusual para una conversación acerca de cómo la escuela utiliza el tiempo para apoyar las necesidades de los estudiantes y profesores. ¿Sesiones de clases más largas conducirían a profundizar el aprendizaje? ¿El calendario está apoyando eficazmente la colaboración de la facultad?, por ejemplo, para implementar los Estándares de Ciencias de la Próxima Generación ¿El calendario satisface las necesidades de los aprendices de inglés? ¿Cuáles son las opciones?
En los calendarios de las escuelas secundarias tradicionales, las clases son de una duración uniforme (del orden de 45 a 55 minutos) y los alumnos asisten a las mismas seis o siete clases cada día escolar. El calendario se divide en períodos numerados. (Por ejemplo, el primer período podría ser de 8:00 a 8:55, como en el ejemplo de a continuación.)
Algunas escuelas primarias y secundarias utilizan un enfoque distinto, organizando el tiempo en ratos más largos, generalmente llamados bloques. En los modelos de calendarios por bloques, los estudiantes no necesariamente asisten a clases sobre cada materia todos los días.
Los calendarios por bloques no son nuevos, y mucho se ha escrito sobre ellos, pero las investigaciones sobre ellos es escasa. Las preguntas de investigación son más fáciles de responder cuando son limitadas; debido a que la implementación de cada escuela es única y los objetivos del diseño del calendario escolar son vagos, es difícil llegar a conclusiones generalizables.
Los calendarios que se salen más drásticamente de la tradición a veces son llamados calendarios 4x4, pero puede ser útil pensar en ellos como sistemas de cuartos. En este enfoque, los estudiantes sólo toman cuatro materias a la vez, en lugar de las seis habituales. Las sesiones diarias de clases son más largas, quizá de 90 minutos cada una. Una clase que se reúne durante un año completo en un horario tradicional solo puede reunirse durante la mitad del año en un modelo 4x4. Algunas escuelas de California utilizan un calendario similar a este modelo, pero lo modifican para cumplir con los requisitos de educación física.
Un enfoque relacionado (y bastante raro) es el calendario trimestral, el cual divide el año escolar en tres trimestres en lugar de dos semestres de cuatro trimestres. Una vez más en este modelo, los estudiantes toman menos clases a la vez.
Una crítica común de ambos sistemas, tanto del sistema trimestral como del sistema por cuartos, es que tienen que avanzar rápidamente. Si los estudiantes se quedan atrás, puede ser difícil de ponerse al día.
No todos los calendarios por bloques rompen tan afondo con la tradición. Por ejemplo, un enfoque a veces llamado calendario de bloque rotativo (o calendario A/B, o simplemente un "calendario de bloque largo") mantiene la forma general del modelo tradicional (seis o siete clases por semestre) pero extiende la duración de la clase en ciertos días de la semana.
Por ejemplo, en Fremont High School en Sunnyvale las clases son "tradicionales" los lunes, es decir, los estudiantes asisten a clases en la totalidad de sus materias de aproximadamente 45 minutos cada una. Los martes y jueves (los días "A") los estudiantes asisten a la mitad de sus clases durante unos 90 minutos cada una. Los miércoles y viernes (los días "B") los estudiantes asisten a la otra mitad de sus clases durante unos 90 minutos cada una. También se reúnen con los maestros de forma reservada (una práctica que llaman calendarización flexible.)
Hay muchas variaciones. Por ejemplo, College Prep School, una escuela privada en Oakland, California, usa bloques largos en un patrón que varía en un ciclo de dos semanas. El calendario incluye tiempo para reunirse dos veces a la semana. Así como en Fremont, este calendario separa un tiempo cada semana para la colaboración de la facultad.
No suele haber escasez de ideas cuando las escuelas abren su diseño de calendario para reinventarlo. Algunas escuelas alinean su calendario con los colegios comunitarios para fomentar la inscripción dual. Otros añaden bloques para explícitamente alentar a los estudiantes a buscar intereses en línea.
Los calendarios que incluyen bloques largos tienden a disfrutar del apoyo entusiasta de los profesores de ciencias y profesores de arte, porque los bloques largos dan tiempo para que los estudiantes se involucren en proyectos y experimentos que toman tiempo de hacer y de depurar. Para los profesores de historia, matemáticas y de inglés, los bloques largos requieren un tipo diferente de planificación. Para usarlos con éxito, los maestros tienen que ir más allá de un enfoque de lectura y examen, utilizando el tiempo para la discusión y la revisión por pares. Si los maestros no saben qué hacer con un bloque largo, los resultados podrían ser malos.
Algunas investigaciones sugieren que los calendarios por bloques pueden mejorar la calidad de las relaciones entre alumnos y profesores, quizás porque la interacción es menos apresurada. En los calendarios por bloques, los estudiantes pierden menos de su tiempo en la transición entre las clases, y hay alguna evidencia de que esto se correlaciona con menos problemas de disciplina.
La modificación del calendario escolar implica cambios, que casi por definición significa que algunas personas lo odian, al menos al principio. Algunas de las objeciones pueden ser reflexivas, pero otras serán importantes y no necesariamente obvias. (Por ejemplo, algunos cambios pueden requerir modificaciones o exenciones en el contrato del maestro. Las escuelas que navegan con éxito el cambio del calendario tradicional al calendario por bloques tienden a no apresurarse.
Muchas escuelas que consideran un cambio en el calendario escolar comienzan con una fuerza de tarea para estudiar las opciones y recopilar ideas y preocupaciones.
Por ejemplo, el Distrito Escolar Unificado de San Francisco ha estado trabajando con la comunidad escolar para rediseñar los calendarios para las escuelas primarias, con el objetivo de ampliar el acceso a las artes, las ciencias computacionales, la salud y a los idiomas del mundo para todos los estudiantes de grado medio. El calendario por bloques en un modelo trimestral es un elemento clave del anteproyecto del plan. El rediseño también prevé la colaboración profesional adicional y oportunidades de desarrollo para los maestros.
Los maestros necesitarán tiempo para planear cómo van a utilizar los bloques largos de manera diferente a los cortos. Abrir una discusión sobre el calendario escolar también conducirá probablemente a una conversación acerca del calendario escolar.
Pero este es un momento interesante. Cierta cantidad de cambios es inevitable: Las nuevas leyes de California acerca de los nuevos horarios de inicio lo requieren. Si las comunidades escolares empiezan conversaciones ahora en una forma que invite a una reflexión más amplia, podría conducir a ideas importantes sobre cómo ayudar a los estudiantes y maestros a mejorar su trabajo juntos.
¿Está su escuela considerando un cambio hacia un modelo de calendario diferente? ¿Conoce algún buen recurso para iniciar una discusión? Por favor, ¡Compártalo!
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